Una
de las características del curling es que se juega sobre el hielo y, por tanto,
hay que desplazarse por encima de él. Para ello, hay unos zapatos específicos
para el curling que cuentan con unas suelas especiales, una altamente
deslizante y otra antideslizante.
Estos
zapatos tienen incorporados una suela deslizante, cubierta con otra adherente
que permite poder moverse por el hielo sin problemas. La suela deslizante será
la del pie izquierdo para los diestros y la del derecho para los zurdos. A la
hora de lanzar la piedra, el pie con la suela antideslizante es el que se apoya
en el hack para impulsarse a la hora
de realizar el lanzamiento, mientras que con el otro zapato, el jugador se
desliza por el hielo antes de soltar la piedra. Mientras que la suela
deslizante, precisamente por ese motivo, se construye con teflón o aluminio; la
antideslizante se realiza con caucho para que tenga mayor agarre.
Si
no se dispone de este calzado, que en ningún caso puede estropear el hielo, se
utiliza un slider, que es una
plantilla exterior que se sitúa en la suela de una zapatilla deportiva normal
(no tiene por qué ser específica para curling) y que hace que el jugador pueda
deslizarse sobre el hielo utilizando ese pie. Al igual que en los zapatos
específicos de curling, los diestros se colocarán el slider en el pie izquierdo y los zurdos, en el derecho.
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