Alina Pätz: "En mi último tiro, no tuve tiempo de ponerme nerviosa"

Alina Pätz celebra su victoria en el Mundial femenino de Sapporo.

Suiza conquistó hace diez días el Mundial femenino en Sapporo por tercera vez en cuatro años y lo hizo, además, con un equipo totalmente diferente capitaneado por Alina Pätz (con Nadine Lehmann, Marisa Winkelhausen, Nicole Schwaegli y Carole Howald). La skip helvética destaca la fortaleza mental y la química como conjunto como dos de las claves de un título que, reconoce, no esperaban.

Es una pregunta supongo que muy manida estos días pero, ¿esperabas ganar el Mundial?

No, en realidad, no… Sabíamos que si teníamos una buena semana, era posible ganar una medalla pero no esperábamos la de oro.

¿Dónde crees que estuvo la clave?

Tenemos una gran química como equipo. Algo que nos ayudó durante toda la semana, especialmente en las situaciones difíciles. Tenemos alrededor un gran staff, entrenador, alternate y el seleccionador nacional… Todos hicieron un gran trabajo de apoyo.

¿Te pusiste nerviosa en la final cuando Canadá empezó a remontar el partido?

Al comienzo del encuentro yo estaba muy nerviosa, tuvimos el partido bajo control hasta la décima entrada. Ahí, empecé a ponerme un poco nerviosa durante el end pero en mi último lanzamiento yo estaba muy concentrada y no tuve tiempo para ponerme nerviosa.

¿En qué pensabas antes del lanzamiento final?

Lo decidimos tan rápido que no tuve tiempo para pensar mucho… (Sonríe).

¿Y después?

Cuando solté la piedra sabía que de fuerza iba muy bien pero no esperaba que la línea fuera tan cerrada… y, por supuesto, estaba muy contenta después de conseguir ese lanzamiento. Creo que nos merecíamos la victoria.

El equipo suizo, en lo más alto de podio, con Pätz, la primera helvética por la izquierda.

Sois uno de los pocos equipos que puede decir que han ganado tres veces a Canadá en un Mundial…

Es impresionante, siempre es un placer jugar bien contra esos grandes equipos. No esperábamos ganarles tres veces y, por eso, es tan impresionante. Siempre es increíble ganar a un campeón olímpico.

Suiza ha ganado tres de los últimos cuatro Mundiales con tres equipos diferentes. ¿Es una prueba del alto nivel que hay en Suiza?

Sí, es así. En Suiza, el nivel es muy alto y eso es muy bueno para todos los equipos. Los otros equipos te ayudan a ser mejor equipo y tienes que entrenar muy duro cada temporada para poder representar a Suiza en los Mundiales o Europeos.

¿Cuánto trabajo hay detrás de este éxito?

Hemos trabajado muy duro esta temporada, especialmente en nuestras habilidades mentales. Para mí, esa es una de las claves del éxito.

¿Cuántas horas dedicáis al curling?

Entrenamos una vez a la semana como equipo de dos a tres horas pero cada una trabaja muy duro en el hielo todos los días. Pasamos mucho tiempo en el gimnasio y con nuestro entrenador mental.

¿Por qué empezaste a jugar a curling?

Toda mi familia juega al curling por lo que mi padre nos llevaba a la pista todos los fines de semana y un día decidí empezar a jugar (Sonríe).

¿Conoces algo del curling español?

No, no he tenido la oportunidad de disputar ningún torneo en España pero es algo que quiero hacer en el futuro, sin duda.

Suiza ha ganado en tres ocasiones consecutivas en Canadá.

¿Qué haces cuando no estás jugando a curling?

Me encanta jugar al golf en verano, pasar tiempo con mis amigos y divertirme. Durante la temporada no tengo mucho tiempo para hacerlo.

¿Cuáles son vuestros próximos objetivos?

Nos encantaría clasificarnos a los Juegos Olímpicos del 2018. Hasta entonces queremos ser mejor equipo y convertirnos en el equipo número uno de Suiza.

Un pequeño test.

Un jugador y una jugadora.

Kevin Martin e Eve Muirhead.

El mejor tiro que hayas visto nunca en un partido de curling.

El de Mike McEwen en el Masters de esta temporada.

¿Frío o calor?

Frío.

¿Pantalones noruegos o faldas escocesas?

Pantalones noruegos.

¿Piedras rojas o amarillas?

Rojas.

¿Cuántos autógrafos has firmado y dónde fue el primero?

No recuerdo cuál fue mi primero pero he firmado muchos la última semana en Japón.

Las fotografías son de Richard Gray / WCF