No
hubo sorpresas. Después de ocho intensos días sobre el hielo todo volvió al
principio. O, mejor dicho, a hace seis años. En el 2007, China conquistó en
Beijing el Pacific Asia Curling Championship masculino. Desde entonces no se ha
vuelto a bajar de lo más alto del podio. Y tras la victoria frente a Japón en
Naseby (Nueva Zelanda), ya van seis títulos consecutivos.
China
(Rui Liu, Xiaoming Xu, Jialiang Zang, Dexin Ba y Dejia Zou) comenzó la final
con la ventaja del hammer y decidió blanquear la primera entrada a la espera de
conseguir una mejor oportunidad más adelante. En la segunda, Japón (Yusuke
Morozumi, Tsuyoshi Yamaguchi, Tetsuro Shimizu, Kosuke Morozumi y Yoshiro
Shimizu) salió dispuesta a evitar que acabara también en bloque esta entrada y
con un triple take out y un doble take out obligó a China a ganar el end por la
mínima. Lo que no entraba en sus planes es que los de Rui Liu robaran el tercer
end para ponerse 2-0 arriba. Japón lograba romper su cero en la cuarta entrada,
pero China volvía a puntuar para llegar al descanso 3-1.
Tras
el intermedio, Japón se llevó la sexta por la mímina (3-2), pero en la séptima
entrada China consiguió un doble (5-1) lo que unido a que la octava acabara en
blanco y a que los chinos se llevaran por un punto la novena (6-2), hizo que
los nipones entregaran el partido y reconocieran la victoria de China, su sexta
consecutiva en el torneo.
En
el partido por el bronce, Australia (comandada por Hugh Milikin, aunque en esta
ocasión lanzó en segundo lugar dejando las últimas piedras para Sean Hall) derrotó
a Corea del Sur (Chang Min-Kim, Min-Chan Kim, Se-Hyeon Seong, Young-Seon Seo y Eun-Su
Oh) por un igualado 10-7. Una victoria que se basó ya desde el inicio cuando
los aussies forzaron el error coreano para robar la primera entrada con un
triple. No obstante, los coreanos no se dieron por vencidos tan pronto y no lo
lograron un doble en la segunda sino que robaron la tercera para nivelar el
choque (3-3). Los de Hugh Milikin siguieron a lo suyo y volvieron a estirar el
marcador gracias a un doble en la cuarta y a robar (por la mínima) la quinta para
llegar al descanso 6-3 por delante.
Corea
del Sur volvió con fuerza del descanso y con un take out en la sexta conseguía
un doble (6-5), aunque, una vez Australia, cuando más necesitado se encontraba,
sacaba lo mejor de sí y lograba un triple en la séptima para dispararse hasta
un 9-5. Los coreanos estaban contra las cuerdas y ganaban la octava para
después robar la novena (9-7). Aún así, la misión de remontar parecía casi
imposible. Y lo fue. Un triple take out aussie cerraba el partido otorgándoles la
décima entrada por la mínima (10-7), y, con ella, la medalla de bronce.
La fotografía es de Simon East

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