sábado, 10 de enero de 2015

Cuando los límites (y las palabras) se diluyen

Kiiskinen, Vez, Fernández, De Paz, Domingo y García, con sus medallas de plata.
El diccionario de la RAE contiene alrededor de 93.000 palabras cuando, dicen los estudios, el ser humano medio solo utiliza en su vida cotidiana algo más de 300. Así que cuando quieres contar algo extraordinario tienes un margen de más de 90.000 palabras para hacerlo.

Pero sucede que, a veces, las palabras desaparecen…porque hay gestas que no tienen ninguna forma de contarlas. Porque por más que escribas y que intentes narrarlas, nunca estarás al alcance de lo que son. Porque solo situándose en ese punto en el que los límites ya no tienen sentido, se pueden entender hazañas como la conseguida esta semana por Sergio Vez, Mario Fernández, Eduardo de Paz Cureses, Luis Domingo y Gontzal García. Por eso, hoy, veinticuatro horas después de que España tocara un metal imposible, todavía no soy capaz de explicar (ni mucho menos de contar) cómo han sido capaces de hacerlo. Sin poder pisar una pista de hielo dedicado en España (porque no la hay), sin más medios económicos que los que aportan ellos y sus familias y sin ninguna atención mediática pero con mucho esfuerzo, sacrifico y, por encima de todo, fe. En el triunfo, en que nadie te va a regalar nada sino que, en una pista de hielo, se lo vas a tener que quitar tú a un rival que sí sabe lo que es entrenar sobre un buen hielo. Solo así se puede entender que España derrotara a selecciones como Dinamarca, la República Checa, Austria y que se quedara a escasos centímetros de derrotar a Rusia (sí, ese país en el que se puso todo al alcance de sus deportistas para los Juegos Olímpicos de Sochi de este año).

Los españoles, en el momento de ser presentados en el podio.
Y, al final, después de todo, de releer la crónica de la final una y otra vez, de recordar mentalmente algunas de las entradas y de hacer un repaso a toda la semana en Praga para intentar pregonar tamaña proeza, a uno solo le sale una palabra: Gracias. La Historia es vuestra.

Las fotografías son de Rene Volfik

2 comentarios:

Beatriz dijo...

Gracias Dani, qué artículo tan bonito y sobre todo con qué sentimiento y sensibilidad está escrito. Eres un gran periodista. El curling sin ti nunca seria lo mismo, gracias por apoyarnos siempre <3

Dani dijo...

Muchas gracias, Beatriz, aunque, a alguien algo tímido como yo, le abruman un poco tus palabras. Yo solo trato de aportar mi granito de arena y soy muy afortunado de poder vivir hechos históricos como estos. Y mucho más de que me apoyéis como lo hacéis.