jueves, 28 de enero de 2016

El respeto (o la falta de él) como márketing

No me salen muchas palabras. Ni me salieron cuando vi por primera vez el anuncio del Rasca LaLiga que ha lanzado la ONCE. Me quedé perplejo y quizá por eso he dejado que pase el tiempo para hablar sobre ello porque, sinceramente, no entiendo que para defender algo haya que faltarle al respeto a nadie.



Supongo cuál será la justificación, que únicamente se pretendía utilizar el humor como enganche publicitario pero lo cierto es que es inexplicable que, desde una organización como la ONCE (aunque la campaña la haya hecho una agencia publicitaria, J. Walter Thompson, con producción de Mamma Team y realización de Günther, alguien de la organización habrá tenido que dar el visto bueno) se menosprecie a un deporte minoritario que, precisamente, por ese carácter, cuesta mucho hacerlo respetar y fomentar su crecimiento. Sí, apenas habrá más de 100 jugadores federados de curling en España pero faltarles al respeto, independientemente del número que representen (en Canadá hablamos de más de un millón de practicantes), es mandar un mensaje directo de que únicamente la mayoría (en este caso representada por el fútbol) está en el buen camino o lo que es peor, perpetúa la dictadura de un deporte como el fútbol y ahoga la salida de disciplinas más pequeñas y, me duele decir esto, pero era lo último que se podía esperar de una organización como la ONCE.

Y lo que todavía suma más puntos al desagravio cometido es el profundo desconocimiento de lo que es el curling, lo que conlleva una selección desafortunada de la escena y un tono de narración sobre lo que supone este deporte de hielo que, probablemente, para lo único que sirve es para que se diesen palmaditas en la espalda en la agencia como si hubieran hecho el spot del siglo.

Todo pasará, como también lo hará la campaña futbolera de la ONCE pero la falta de respeto queda y la falta de sensibilidad demostrada, en estos anuncios, por la Organización Nacional de Ciegos Españoles difícilmente pueda ser justificada. Yo, por mi parte, seguiré disfrutando del curling y de sus partidos, de sus lanzamientos imposibles y de las jugadas increíbles. Esas que no solo no quieren ver algunos sino que desprecian sin conocerlas.

Esto sí es el curling:

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